(Frontiers Music)
Frontiers, con Alessandro del Vecchio a los mandos,
apadrina una nueva unión de reconocidos músicos dentro del hard melódico de las
que tanto proliferan de un tiempo a esta parte y que, poniéndonos en los
extremos, o dan como resultado trabajos ciertamente brillantes, u ofrecen unas
obras que caen en la intrascendencia más absoluta. En este caso que nos ocupa
yo situaría a esta primera entrega homónima de Kryptonite en un término medio, aunque tirando más hacia la segunda
situación, no creo que el disco pase desapercibido, pero en mi opinión desde
luego está lejos de los lanzamientos más relevantes de este tipo de proyectos o
de los de sus integrantes con sus bandas madres.
Y la verdad es que tampoco me ha
sorprendido mucho a la vista de los músicos involucrados en esta nueva
aventura, sobre todo por la presencia del vocalista Jacob Samuel (The Poodles), hace ya tiempo que creo que ha perdido
buena parte de la chispa y la garra con la que llamaba la atención en sus
inicios con su banda, no es que lo haga mal, pero me transmite bastante menos.
Por su parte el bajista Pontus Egberg
(Treat, The Poodles) y el batería Roban
Back (Mustasch, Eclipse), siempre cumplen, sin excesos ni alardes pero
correctos. El que más me ha convencido ha sido el guitarrista Mike Palace (Palace), dejando los
mejores momentos instrumentales del trabajo junto con algunos retazos de
teclados de la mano de Del Vecchio.
Los temas, pues bueno, más o
menos lo esperable, hard melódico con toques actuales, en algunos momentos
alcanzando cierto brillo acercándose al A.O.R., pero en general se me quedan un
poco a medias. Comienzan bastante bien con la hard melódica de guitarras
incisivas “Chasing Fire” con Samuel
mostrando su mejor versión enérgica y melódica llegando con fuerza a un
pegadizo estribillo recordando a los primeros Poodles. Tampoco están nada mal siguiendo esta onda con la guitarra
de Palace brillando pero en clave
más A.O.R. “Keep The Dream Alive”, expresiva y con intención con las voces bien
trabajadas aunque un pelín falta de
ritmo y pegada, o la más pomposa “Better Than Yesterday” con los teclados
dejándose notar junto unas potentes líneas vocales repuntando en el estribillo.
Baja un poco la intensidad con la
insinuante “This Is The Moment”, estribillo claro y melódico pero
instrumentación justita, base poco sólida y teclas excesivas, al igual que en
el medio tiempo “Fallen Angels” con la voz grave y profunda pero algo tibia y
falta de llegada, mejorada una vez más por la guitarra de Palace, resultando algo insustancial como me lo parece “Across The
Water”, lenta, de aires cansinos actuales rotos tímidamente por un estribillo
que no me dice gran cosa. Cumplen un poco más cogiendo ritmo en la más
guitarrera “Love Can Be Stronger” que parece que va a romper con más fuerza
pero que no acaba de arrancar acabando por aburrirme
Mejoran con la correcta balada
“Knowing Both Of Us” con la voz de Jacob
esta vez sí transmitiendo con profundidad junto a un triste piano y a unas correctas guitarras en segundo
plano, con la animada “Get Out Be Gone” fresca con pegada y ritmo vivo llegando
bien mezclando guitarras duritas y buenas melodías de voz y teclados
quedándoles bastante original y resultona, y con “One Soul”, agradable medio
tiempo donde brillan sus coros y que sin complicarse mucho cumple de sobra,
antes de cerrar con la también sencilla pero menos atractiva “No Retreat No
Surrender” rotunda en su base pero algo simplona en su desarrollo con un punto
guerrero que no acaba de convencerme.
Un último tema que bien podría
valer como resumen de lo que me ha parecido el disco, me deja a medias, parece
que puede ser más de lo que al final es, no termina de rematar la faena. Habrá
que esperar para ver si continuan con una segunda entrega y si son capaces de
pulir más los temas, pero de momento con este primer disco se quedan con el
aprobado raspado.
Mariano Palomo
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